La Femme

El baño era lo que la detenía, ese aparato viejo en una casa decrépita con humedad, y un mueble con goteras y cucarachas.

Le dolía la cabeza pensar lo que sus amistades pensarían de ella al respecto. Todavía le importaba, y mucho. Trabajaba mentalmente con sus mantras en ello. Aún no lo lograba, que?

Que se le resbalaran los comentarios de otros.

Julia se comportaba analitica, inquisidora, y callada el día de la celebración de sus 40.

Le daba  vergüenza vivir en una colonia bien, con la casa caída y las ropas bonitas. 


¿A menudo sientes  frustración por no querer o no tener, Julia? se decía a sí misma.  Poder vivir en otro lugar… Sentía la incongruencia en la acción de no hacerlo.

Pero su esposo continuaba sin empleo, y sin valentía para emprender. La aniquilaba la pasividad en él , la falta de entusiasmo y de garra. 

Con los días sabría que tenía un diagnóstico de depresión, y debía iniciar  un  proceso terapéutico, esa noticia la alentaba o le hundia más el saber que el vehículo de su matrimonio,  iba a media potencia y que tendría que seguir sola un tiempo largo más?

Julia en cambio es  movida, resulta ser una mujer de palabra y acción. Sin embargo le importaban demasiado  las miradas críticas, la imperfección y la desidia.  Hoy trabajaba en que la imagen de los demás hacia ella, resultara imperfecta, se daba permiso de decepcionar a los otros, no a ella misma.

Todo este año Julia estaba realizando un trabajo personal arduo, y la versión de su esposo hoy, chocaba con todo lo que ella se transformaba…  El un hombre del mañana, entregado  a la procrastinación y su zona de confort. No era nada inspirador, ni para el amor ni para el sexo. Ella trataba de no pensar demasiado en la incertidumbre económica, tenía bastantes demonios que librar con el cambio de piel  que estaba iniciando.

El matrimonio de Julia tenía 12 años de antigüedad, había querido matar al esposo, muchas veces,  pero lo de estos 12 meses era gordo. Estaba llegando al límite de la paciencia y la empatía hacia la depresión de su esposo. 

  • ¿Hasta cuándo vas a aguantar Julia?

  • Ya no mucho, en diciembre se cumple un año

  • ¿Has considerado que está en una depresión?

  • No…. que podría hacer?

  • Que se vaya con sus padres, y que lo arregle

  • Ya estoy muy desesperada e intolerante


Había vomitado su sentir de la situación con todas sus amigas, aliviando la presión y el estrés no solo de este bache en su matrimonio, también de  la desconexión que había sentido de la vida desde que somatizo en el esofago con la pesada sensación de soledad y una responsabilidad excesiva .

Hoy se sentía viva, con la  ilusión  de la plenitud,  tenía más tiempo para ella: meditaba, tomaba el sol, escribía, había experimentado el macramé, costura, acuarela, fotografía, óleo, y aun  le faltaba el crochet. Cada día soltaba  el miedo de dejar lo que tenía, era el cambio que faltaba.

Saltaba   al vacío de la incertidumbre, abrazando  la confianza y el poder en su interior, ya lo había visto en su versión de 80ˋs del futuro. Cambiar de profesión, ser feliz día a día haciendo algo que le llenara el corazón. Catarsis de vida, contrato del alma. Autenticidad y Congruencia en tiempo real.




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La verdad tiene versiones?