Eat, Pray & Love Rules

El pasado octubre, sufrí un problema de salud, que me obligó a replantearme lo que realmente deseaba hacer con mi vida. Si ese camino que había tomado 10 años atrás, era el que quería continuar…

Que era lo que estaba haciendo que me enfermaba y somatizaba mi cuerpo…?

Elegí rechazar la  medicina alópata e ir a la raíz del problema. Enfocarme en mis emociones y mi sentir.  Empecé a cambiar mi alimentación, y a adentrarme en lo que mi alma y mi niña interior anhelaban. Tomé varios cursos y talleres de introspección que me revolucionaron mis ideas y manera de ver el mundo. Uno de esos fue un taller en el que tuve el gusto de conocer a una de mis autoras,  gurú, y  faro de luz favoritas, Elizabeth Gilbert, con quien me identificaba por su libro maravilloso ´´Comer, Rezar, Amar´´


La primera vez que lo leí, me vi reflejada con su historia, de una manera superficial. Me enfoque en su manera de pensar acerca de tener hijos, y su encanto por viajar, mi mayor pasión. Por mucho tiempo me quedé en esa influencia. Sin embargo, cada vez que veía la película, dependiendo de mi estado emocional, me contaba  cosas diferentes de mi momento de vida y lo que me gustaría hacer con mi tiempo.


Cuando escuche que Charms traería a Liz Gibert a México, no lo dude, y me fui sola, era un viaje que necesitaba hacer conmigo misma. Liz no solo era la autora de comer, rezar, amar y vive una vida creativa más allá del miedo entre otros libros, no solo se había quedado en eso, sino que había evolucionado a ser una especie de terapeuta especialista en revelar a las mujeres verdades, de aquellos temas que la sociedad consideraba prohibidos. 


No tenía ninguna expectativa acerca del taller, no me imaginaba que me volaría la cabeza y revolucionaría mi manera de vivir a partir de esa encerrona de terapia grupal en la que se convirtió el taller. Coincidir con muchas otras mujeres a las que jamás en mi vida había visto, me resultó un ejercicio fantástico y fácil para  desnudar mi alma, mostrarme sin máscaras, sin miedo al juicio, ni etiquetas, o ideas limitantes acerca de mi actuar o de la vida que debo llevar.


Ese fin de semana, descubrí el deseo de mi alma, mis miedos, las actividades que más disfruto en la vida. Desde las más sencillas hasta las que no me permito por el deber, y las responsabilidades mayormente autoimpuestas. Decidí que no quería seguir el camino de la mayoría de las mujeres: estar enojada y exhausta. Mi mayor revelación fue encontrarme adicta al cortisol, a la incertidumbre, al miedo y a la angustia. Liz nos invitó a ser mujeres en calma, vivir en paciencia, flexibilidad y tranquilidad. Construyendo una vida de la que no quieras huir,  dándote el permiso de decepcionar a tu familia, a tus amigos, pero nunca a ti misma. Serte fiel en autenticidad y congruencia.


Vivir ese modo de vida, es una decisión de todos y cada uno de tus días, priorizarse, escuchar a tu cuerpo y tu alma, poner límites amorosos y  saber decir que No.

Dejar de huir de la soledad y de tu sombra para descubrir tu verdadera esencia. 


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Ser más Benji y menos Dave